Tanto la
Fórmula 1
como MotoGP cuentan con una amplia cartera internacional de patrocinadores. Se trata de empresas que llevan años acompañando a las principales series de dos y cuatro ruedas de todo el mundo y que están utilizando esta increíble plataforma para crear conciencia y compromiso en todo el planeta. La visibilidad, tanto televisiva como in situ, es uno de los activos más importantes: decenas de millones de telespectadores se conectan religiosamente desde los cinco continentes para seguir las carreras del calendario, mientras que cientos de miles de personas acuden a cada circuito cada fin de semana.
Para garantizar que estos socios reciban de forma coherente y precisa laexposición que se le concedeLa Fórmula 1 y MotoGP han creado un sofisticado e impresionante sistema de producción de medios: un fascinante conjunto de herramientas, tecnologías y procedimientos que garantizan que el producto que disfrutan los usuarios de todo el mundo sea coherente, controlado y de la máxima calidad.

Patrocinio y difusión
En la gran mayoría de los casos, una de las principales ventajas que ofrece el Patrocinadores oficiales de los campeonatos mundiales de MotoGP o Fórmula 1 recibir es el visibilidad en los circuitos. Metros y metros de señalización se colocan hábilmente a lo largo de las curvas y rectas de todos los circuitos del mundo ante las cámaras, y los logotipos y marcas de las empresas patrocinadoras reciben una exposición televisiva masiva. Marcas como DHL, Tissot, Red Bull, Aramco, Motul, Heineken y muchas otras reciben cientos de segundos de exposición cada fin de semana gracias al posicionamiento en pista: un valor medio que -de adquirirse a través de los canales tradicionales- costaría miles de millones de dólares por temporada.
Este ejercicio aparentemente sencillo tiene en realidad dos complicaciones pragmáticas igualmente fáciles.
En primer lugar, los paneles con los logotipos delos patrocinadores deben seguir a los campeonatos, viajar con ellos y colocarse en cada circuito de vez en cuando. A diferencia de un estadio, que siempre está en el mismo sitio y puede guardar los carteles de los laterales para volver a exhibirlos en el siguiente partido, los circuitos sólo acogen MotoGP y Fórmula 1 una vez al año. Por lo tanto, los paneles, pancartas y soportes que exhiben la marca del patrocinador deben viajar con el resto de la liga, y reorganizarse de vez en cuando. Es un esfuerzo impresionante, pero garantiza que la exposición en pista se siga de primera mano y que se gestione meticulosamente una y otra vez.
El segundo quid de la cuestión es que -a nivel televisivo- hay que asegurarse de que estos patrocinadores y socios reciben una exposición adecuada, coherente y congruente. Ningún patrocinador querría pagar millones sólo para ser olvidado por un director enamorado de una sección de la pista en la que no aparece ese logotipo. Para asegurarse de que esto no ocurra, y de que durante cada Gran Premio el producto, la visualización y la dirección sean siempre de la misma factura, MotoGP y la Fórmula 1 producen de forma independiente la señal de audio/vídeo que llega a los televisores, y la entregan terminada a los organismos de radiodifusión.

Del circuito al salón: la producción de la serie de carreras definitiva
Desde hace muchos años, el MotoGP y la Fórmula 1 han decidido hacerse cargo de la producción media de su producto. Originalmente, la retransmisión de cada GP se confiaba a equipos, directores y material de origen local, con enormes disparidades en la producción y retransmisión de las carreras. Diferentes cámaras, diferentes trazados, diferente personal y diferentes tecnologías de transmisión de señales hicieron que ver el Gran Premio de Sudáfrica fuera una experiencia increíblemente diferente a ver la carrera de Munich, por Gran Bretaña o del Japón. Y no sólo eso, los patrocinadores y socios se quejaron de las desigualdades en la visibilidad y la desigual exposición de las marcas.
La idea de centralizar la producción de los campeonatos nace, pues, de necesidades diferentes que, sin embargo, van en una misma dirección: ofrecer al público, a las partes interesadas, a los patrocinadores y a los socios un producto homogéneo que pueda presentar características similares y garantizar ciertos estándares independientemente de la sede.
Hoy en día, al borde del paddock de MotoGP y Fórmula 1 se encuentra un futurista complejo de televisión, el corazón tecnológico que crea la emisión que los espectadores de todo el mundo ven distribuida por cadenas como Sky, DAZN, BT, Servus y muchas otras. A lo largo del circuito, las mismas cámaras con los mismos camarógrafos filman las hazañas de los pilotos en cada etapa del Campeonato del Mundo, mientras que los mismos directores, técnicos de sonido y diseñadores gráficos cortan, cosen y editan imagen a imagen, gráfico a gráfico. El esfuerzo, logístico y de recursos, es inmenso y las tecnologías implicadas no son menos asombrosas que las que están detrás de los coches y motos de la carrera.
La serialización como herramienta fundamental del marketing deportivo
Serializar la producción -y aquí nos referimos en el sentido más amplio, tanto a la producción sobre el terreno del evento, como a las retransmisiones televisivas y la gestión general- es un punto clave para campeonatos y series de esta envergadura y alcance económico y de seguidores.
En primer lugar, la serialización, es decir, la reproducción sistemática de protocolos, acciones y herramientas, permite un nivel de control muy elevado. Establecer todos los circuitos de primera mano garantiza, por ejemplo, que todos los patrocinadores y socios reciban la exposición en pista a la que tienen derecho por contrato. En cambio, la autonomía sobre la producción televisiva significa asegurarse de que cada patrocinador recibe el tiempo de pantalla que le corresponde, o poder garantizar más espacio para patrocinios regionales o puntuales.
En segundo lugar, la serialización es crucial para crear valor de marca y fidelizar al público y a los fans. Conocemos la eficacia de la repetición y la reiteración en la lógica del marketing y lo importante que es construir una marca sólida, robusta y coherente a lo largo del tiempo. Todas ellas son características fundamentales para marcas como MotoGP y Fórmula 1.

En conclusión
En la actualidad, los campeonatos de dos y cuatro ruedas suponen un majestuoso esfuerzo organizativo, económico y logístico. No es erróneo afirmar que las hazañas de coches y motos en la pista no son más que la punta de un inmenso iceberg que se mueve siempre bajo la superficie del agua, a menudo ignorado por aficionados y espectadores. Trasladar estos campeonatos, televisarlos y organizarlos en lugares y climas siempre cambiantes requiere miles de operarios altamente especializados, tecnología punta y grandes cantidades de dinero.
Asumir la gestión de todo el campeonato, serializando su producción en todos los aspectos, es la solución a los problemas de marketing y comunicación, cada vez más centrales en la lógica actual. Por un lado, los grandes patrocinadores internacionales exigen un producto garantizado, sin sobresaltos, en el que la visibilidad sea cierta y esté matemáticamente servida y medida. Por otro, los grandes aficionados de todo el mundo quieren poder seguir las hazañas de sus favoritos como en una serie de televisión, con la misma fotografía, la misma dirección, la misma calidad de imagen.
Ver en acción esta extraordinaria máquina organizativa es una emoción sin igual, incluso para los no aficionados. Formar parte de él, como patrocinador, es una garantía de calidad y resultados.