En el deporte (como en la vida) sólo puede haber un ganador. Por otra parte, muchos pierden, y muy a menudo yo formo parte de esa categoría. Lo importante es ser resistente y volver a levantarse.
Ésta es también la actitud de los seguidores de los equipos que, inevitablemente, volverán a intentarlo la temporada siguiente. Evidentemente, debemos distinguir entre los equipos que nunca tuvieron un momento de gloria y los que, en cambio, nos hacen soñar.
Un apoyo leal
Sin embargo, incluso los equipos perdedores siempre tienen seguidores leales, dispuestos a hacer un esfuerzo adicional para ir a animarles.
Añade a eso que muchos equipos -incluso los no ganadores- tienen fuertes raíces en el territorio, con buenos programas para los jugadores jóvenes, y siguen adelante felizmente. Estos equipos son importantes para las ciudades y los ciudadanos, independientemente de lo que digan las clasificaciones.
En consecuencia, estos equipos son importantes para los patrocinadores interesados en dirigirse a un determinado objetivo en una determinada zona geográfica.
En el deporte, hay vínculos nacidos hace siglos que son inseparables, independientemente del resultado. Piensa en cuando recibimos la primera camiseta de fútbol de niños, o la camiseta nº 23 de Michael Jordan. El aficionado está dispuesto a dar mucho y a tolerar incluso largos periodos de sufrimiento.
¿Ganar o irse a casa? La verdad es que no
Corresponderá a los equipos establecer todas las activaciones necesarias para consolidar y ampliar su base de seguidores y compensar -enservicios y actividades- aquellas satisfacciones que no provengan del terreno de juego.
A lo largo del tiempo hemos visto colaboraciones duraderas entre empresas y eventos o equipos deportivos. Periodos de tiempo que no se ajustan a la velocidad a la que cambia la competitividad de los atletas y los equipos.
Estamos hablando de décadas, por lo que las asociaciones han resistido todas las inclemencias del tiempo y los altibajos de la tabla de clasificación. Evidentemente, sin embargo, a las empresas les ha resultado útil permanecer con el equipo, comunicarse de forma coherente, aplicando planes a medio-largo plazo.
Es obvio que ganar aporta entusiasmo y grandes beneficios en términos de visibilidad, pero eso no es todo. Los equipos y los patrocinadores no deben basar su relación en el rendimiento. Por supuesto, es mucho mejor que haya rendimiento, pero no es esencial para alcanzar los objetivos de marketing y comunicación de la empresa.
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