Hay principalmente tres razones por las que los pilotos de MotoGP sacan la pierna durante una frenada: para crear resistencia aerodinámica, para desplazar el centro de gravedad facilitando la entrada en curva y para bloquear un adelantamiento por el interior. Una técnica de pilotaje bastante nueva, introducida por Valentino Rossi, que todo el mundo ha adoptado.
Como bien saben los aficionados y los conocedores, la evolución en el campo
MotoGP
no se mide únicamente por los avances técnicos. Las nuevas motos, los nuevos circuitos y los nuevos equipos tecnológicos siempre han condicionado el progreso del estilo y la técnica de pilotaje de los pilotos, siempre en busca del equilibrio perfecto y de la milésima de segundo ganada.
El torso dentro del carenado, la rodilla en el suelo y ahora la famosa “pierna fuera” son sólo las modificaciones más llamativas de una forma de conducir que ha cambiado profundamente en los últimos años.
Valentino Rossi y el origen de la tecnología
Fue Valentino Rossi en Jerez 2005 quien puso por primera vez su pierna sobre la plataforma interior mientras adelantaba a Sete Gibernau, reescribiendo la historia del motociclismo moderno e iniciando la difusión mundial de la “pierna colgante”.
Al llegar a la última curva a escasos metros de su rival, el Doctor intentó un adelantamiento desesperado, con una frenada furiosa que le permitió superar al entonces piloto del Team Movistar y triunfar en el circuito español. Ya sea por instinto o por un cálculo increíble, durante la frenada, Rossi lanzó su pierna interior sobre la plataforma de la moto, dejándola en el aire en el vértice.
En uno de los momentos más emocionantes de la historia de las carreras modernas de dos ruedas, el piloto de Tavullia ha vuelto a reescribir el gran libro del motociclismo.
Pronto, un gran número de pilotos comenzó a perfeccionar la maniobra, obteniendo una ventaja apreciable y estudiando sus efectos y características, calibrando la amplitud del movimiento y el momento adecuado para sacar y retirar la pierna.
Hoy en día es difícil, si no imposible, encontrar un piloto de MotoGP que no utilice esta técnica, exasperándola en las frenadas fuertes o sólo insinuándola en los cambios de dirección más lentos. Las razones que hacen que esta maniobra sea tan eficaz, según nos cuentan los propios pilotos, son tres, dos de ellas relacionadas en gran medida con la física y una con una competencia más estrecha.
Freno aerodinámico
Una de las razones por las que los pilotos de MotoGP sacan la pierna al frenar es para crear resistencia aerodinámica, oponiendo una mayor superficie al flujo de aire que les golpea a velocidades muy altas. La pierna actúa como un “paracaídas”, oponiendo más superficie al flujo de aire, ralentizando la moto unos km/h más en las frenadas fuertes.
En este caso, la pierna situada en el exterior de la silueta del piloto se convierte en una especie de vela o alerón, que recoge el aire, ralentizando la marcha del piloto y de la moto al acercarse a la curva. Es lo que ocurre con los coches de carreras de arrastre, que al final de la recta lanzan un gran paracaídas de lona detrás de ellos, o como los aviones que, para frenar en la pista, hacen brotar grandes alerones de sus alas para frenar el flujo de aire.
Está claro que este efecto “paracaídas” ofrece una capacidad limitada para reducir la velocidad, pero todo es más que útil a la hora de buscar el último centímetro posible para salir del acelerador y pegarse a los frenos. Al fin y al cabo, como dice el refrán, el secreto del éxito es ser “el primero en acelerar y el último en frenar”.
Desplazamiento del centro de gravedad y momento de inercia
Lo que le ocurre a una moto que toma una curva en máxima inclinación a muy alta velocidad es un pequeño milagro de la física. En unas milésimas de segundo se entrelazan decenas de fuerzas opuestas que apuntan en direcciones diferentes. El equilibrio de estas fuerzas proporciona una maniobra perfecta y una velocidad increíble. Por el contrario, cuando algo no funciona entre estas fuerzas, sólo hay dos opciones: o se baja o se va en largo.
Cada pierna pesa alrededor del 20 % del cuerpo (15 kg de los 70 kg de un ciclista) e inclinarla hacia dentro baja y desplaza el centro de gravedad, facilitando la entrada en las curvas y reduciendo el ángulo de inclinación necesario
El uso hábil de un peso de este tipo puede influir en gran medida en el desplazamiento del centro de gravedad y en la resistencia resultante a la fuerza centrífuga que requiere la combinación moto-piloto para salir de la curva. Mover la pierna hacia el interior de la curva, alejándola del cuerpo, significa de hecho mover todo tu centro de gravedad, lo que facilita el “giro cerrado”.
Al mismo tiempo, debido a la resistencia del aire descrita anteriormente, la pierna y la pelvis giran ligeramente hacia la dirección opuesta del movimiento, creando un momento de rotación que, de nuevo, facilita ligeramente el “giro” de la moto.
Defensa táctica frente a adelantamientos
De forma más pragmática, muchos conductores atribuyen a la pierna exterior el gran mérito de impedir o dificultar los adelantamientos por el interior. Especialmente en el competitivo MotoGP de hoy en día, en el que las frenadas son uno de los puntos en los que se producen más adelantamientos, el interior de la curva es uno de los lugares más populares para intentar adelantar a tu rival. En un campeonato en el que cada céntimo cuenta, sacar la pierna aumenta la defensa de la entrada en curva, ocupando el espacio interior y desalentando el intento de ataque del rival. Este “escudo” físico es tanto psicológico como práctico, ya que crea un obstáculo adicional en la frenada.
La salida de pata en frenada entre el mito, la leyenda y el placebo
Es difícil establecer científicamente cuál de los tres efectos es el predominante: algunos estudios sugieren que la ganancia aerodinámica es modestapero la ventaja percibida por los pilotos -y el efecto placebo- es indiscutible, como confirman diversos técnicos y probadores oficiales.
Lo que es seguro es que si los veintidós pilotos más rápidos del mundo adoptan esta técnica, habrá alguna ventaja, aunque sólo sea psicológica, como una especie de efecto placebo muy especial. El hecho es que, al igual que la rodilla en el suelo, la pierna fuera en la frenada -incluso mejor con la bota tocando ligeramente el asfalto para levantar una bocanada de humo- se convirtió inmediatamente en un gran favorito del público y en un símbolo de este maravilloso deporte. Entonces, aunque sólo sea por eso, valdría la pena.
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