¿Cuándo fue la última vez que oyó hablar de “ecología”y “automovilismo” a la vez? Probablemente no hace mucho; pero no era el caso hace unas décadas. La noción de “sostenibilidad medioambiental” no ha surgido hasta hace poco. La razón es sencilla: el cambio climático.
En un momento en el que todo el sector del transporte se orienta hacia opciones más ecológicas, el automovilismo no iba a permanecer ajeno a esta tendencia. De hecho, muchos fabricantes de automóviles y organismos rectores del automovilismo (FIA/FIM) están a la vanguardia, liderando el cambio. Esto ha propiciado la aparición de nuevas series de carreras como la ‘
Fórmula E
y “Extreme E“.
Las unidades motrices se están convirtiendo gradualmente en motores híbridos y utilizan combustibles no fósiles para generar energía, mientras que en otros casos toda la cadena cinemática es eléctrica. Otra posibilidad sería el “hidrógeno verde”, es decir, el hidrógeno producido a partir de fuentes de energía renovables. Sólo el tiempo dirá qué tren motriz sería el más eficiente, y qué mejor forma de probarlo que en las carreras.
La Fórmula 1
va a estar propulsada por combustibles electrónicos a partir de 2026, y un cambio similar se observará en el
MotoGP
a partir de 2027. Si observamos la tendencia del sector, está claro que algunos fabricantes quieren seguir el camino “eléctrico”, mientras que otros mantienen abiertas sus opciones. (Nota: los e-combustibles/combustibles sintéticos se fabrican utilizando CO2 capturado de la atmósfera).
Incluso el caucho utilizado en los neumáticos se obtiene ahora de forma “ética” y con mayores porcentajes de materiales reciclados. Según las estadísticas, el 2% de los residuos mundiales son neumáticos usados, lo que indica que la fabricación de neumáticos consume muchos recursos. Los fabricantes de neumáticos están probando sus productos en escenarios reales y en las condiciones extremas de los deportes de motor. Por ejemplo, Hankook suministra los neumáticos para las carreras de Fórmula E y dispone de toda una gama de neumáticos para vehículos comerciales eléctricos. Se trata de una gran estrategia para que los fabricantes de neumáticos comercialicen sus productos con resultados que lo respalden.
Otro gran contribuyente de C02 es la logística de los deportes de motor. Dado que la mayoría de las series de carreras son de carácter mundial, se quema mucho combustible fósil para transportar materiales y personas de un destino a otro. Existen algunas opciones para mitigarlo, como los créditos de carbono. Pero, en mi opinión, no es una forma infalible de reducir las emisiones nocivas. La industria aeronáutica ha empezado a utilizar combustibles sostenibles para propulsar sus aviones, lo que reducirá aún más las emisiones. En un plano muy similar, a partir de este año el combustible utilizado en el Campeonato del Mundo de MotoGP es no fósil en un impresionante 40%.
Pasemos ahora a la parte más importante de cualquier acontecimiento automovilístico: los aficionados. Ni que decir tiene que los aficionados también son responsables de contribuir a las emisiones de carbono. Algunos de estos aficionados compensan sus emisiones de carbono optando por el transporte sostenible.
Yo diría que el futuro del automovilismo mundial es prometedor porque se están haciendo muchas cosas para que el deporte siga siendo relevante.
2024 será la última temporada de la serie Extreme E, ya que se transformará en Extreme H a partir de 2025. Extreme H va a ser la primera serie de carreras todoterreno propulsadas por hidrógeno aprobada por la FIA y que cuenta con un fuerte respaldo de NEOM. Los coches ya están en fase de pruebas y sería una maravilla tecnológica verlos correr porque almacenar hidrógeno es complicado. Siguiendo los pasos del Extreme E, el Extreme H se basa en un coche de nuevo diseño desarrollado por Spark Racing Technology. Estará propulsado por una pila de combustible de hidrógeno que producirá la misma relación potencia-peso que la actual máquina Extreme E Odyssey 21. Otro paso que se está dando en la dirección correcta es la Fórmula G. Se trata de una idea original del antiguo jefe de Mahindra Racing, Dilbagh Gill, y se ha diseñado como una serie de alimentación para la Fórmula E.
Hasta ahora hemos hablado de propulsores “verdes”, ahora hablemos de los materiales utilizados para fabricar estos coches. Es bien sabido que la mayoría de los coches de carreras se construyen con plástico reforzado con fibra de carbono, pero lo que la gente ignora es su efecto sobre el medio ambiente. Va a ser crucial que los fabricantes justifiquen los materiales que utilizan para fabricar estos coches. BComp es una de las pocas empresas que ofrecen plásticos reforzados con fibras naturales. Se considera el próximo gran avance en el mundo de los compuestos.
Para resumir este artículo, creo que el automovilismo está muy lejos de sus objetivos de sostenibilidad, pero no es un reto insalvable. De hecho, es una gran oportunidad de negocio a la espera de ser explotada.
