La reciente victoria de la Scuderia Ferrari en las
24 Horas de Le Mans
ha sido nada menos que sísmica. Ferrari es un nombre muy conocido en el mundo del automovilismo desde hace casi un siglo, pero su impresionante triunfo en el Circuito de la Sarthe, después de casi 50 años desde su última victoria, es un testimonio de su tenacidad, su excelencia en ingeniería y su inigualable pedigrí en las carreras. Esta victoria, especialmente en la recién introducida categoría de hipercoches del
Campeonato Mundial de Resistencia (WEC)
no sólo es un logro en la pista, sino que tiene una importancia significativa para los esfuerzos de marketing y el posicionamiento de la marca Ferrari.
Un poco de historia
La historia de las carreras de resistencia de la Scuderia Ferrari comenzó en 1949, con su primera victoria en Le Mans sólo un año después, en 1950. Tras una época dorada en la que el Cavallino Rampante logró nueve victorias históricas entre 1960 y 1965, Ferrari se convirtió en sinónimo de carreras de resistencia. Sin embargo, la legendaria marca no se había llevado los máximos honores en la carrera de coches deportivos en activo más antigua del mundo en carreras de resistencia desde 1965… hasta ahora.

Por qué Le Mans
Ganar en Le Mans es un golpe de marketing en sí mismo. Millones de personas de todo el mundo siguen este acontecimiento, conocido como el “Gran Premio de Resistencia y Eficiencia”. En 2022, atrajo a una audiencia de más de 9,1 millones de espectadores acumulados y se retransmitió a 196 países. Le Mans no es sólo una carrera, sino un espectáculo, un testamento de 24 horas al espíritu de competición y a la proeza tecnológica.
Volver a las carreras de resistencia y ganar en la categoría de hipercoches también permitió a Ferrari exhibir sus vehículos de producción de alto rendimiento y ultralujo, el núcleo del negocio de coches de carretera de Ferrari. La categoría de hipercoches, al estar más vinculada a los modelos de carretera, ofrece una plataforma inmejorable para que los fabricantes demuestren sus capacidades tecnológicas. Es un mensaje fuerte para clientes y entusiastas, que refuerza la imagen de supremacía de la marca en términos de velocidad, innovación y fiabilidad.
El resultado
La victoria de Ferrari ya ha suscitado una avalancha de atención mediática, no sólo por parte de los medios de comunicación del motor, sino también de los medios convencionales, lo que amplifica aún más sus esfuerzos de marketing. Esta victoria también aumenta el atractivo de la historia de la marca Ferrari. Nada vende mejor que un regreso, y la historia de Ferrari volviendo a dominar en Le Mans después de cinco décadas sirve como una historia excepcional, aumentando el valor de la marca y la conexión emocional con los aficionados.
Ahora, aunque la victoria en Le Mans es un gran impulso para el marketing de Ferrari, también supone un cambio estratégico en su enfoque de las carreras. Dados sus mediocres resultados en Fórmula 1 en los últimos años, esto podría verse como una reorientación de los esfuerzos hacia una serie de carreras en las que podrían competir con más éxito. No se trata de restar importancia a la F1. Este deporte sigue siendo la cúspide del automovilismo y cuenta con una enorme afición, con una estimación de 1.900 millones de espectadores en 2019.
Sin embargo, Le Mans y las carreras de resistencia ofrecen algo diferente. Mientras que la F1 es un sprint, Le Mans es un maratón que pone a prueba no sólo la velocidad, sino también la fiabilidad, la durabilidad y la eficiencia. Se trata de trabajo en equipo, planificación estratégica y superación de las adversidades. Muestra diferentes aspectos de la fuerza de una marca, que a veces pueden perderse en el mundo rápido y de alto octanaje de la F1.
Además, el cambio hacia las carreras de resistencia coincide con la tendencia general de la industria automovilística hacia la sostenibilidad y la eficiencia. La clase de hipercoches en la que ha entrado Ferrari hace hincapié en la tecnología híbrida, reflejando las tendencias de la industria automovilística en general y haciéndose eco del propio impulso de Ferrari hacia coches de carretera más sostenibles.

En comparación, la F1 todavía está lidiando con su lugar en un mundo cada vez más consciente de los problemas medioambientales. Aunque el deporte se ha esforzado por conseguir unidades de potencia híbridas y biocombustibles, su reputación de espectáculo devorador de gasolina se mantiene. Las carreras de resistencia, por su parte, han puesto tradicionalmente un mayor énfasis en la eficiencia y ahora en la sostenibilidad, lo que las hace más atractivas para un público cada vez más concienciado con el medio ambiente.
De un
marketing deportivo
tanto la F1 como las carreras de resistencia ofrecen oportunidades y retos únicos. La F1 es velocidad, tecnología y glamour. A menudo se considera la cúspide de los deportes de motor y tiene un caché difícil de imitar. Sin embargo, Le Mans y las carreras de resistencia tienen más que ver con la resistencia, la innovación y el elemento humano del automovilismo. El encanto reside en la historia de un equipo que lucha contra viento y marea para mantener un coche en marcha durante 24 horas seguidas.
En mi opinión, el triunfo de Ferrari en Le Mans es un golpe maestro. No sólo rejuvenece sus credenciales en el deporte del motor, sino que también les ofrece una plataforma para mostrar su destreza técnica de una forma que cada vez tiene más eco en las tendencias del mercado actual. Aunque la Scuderia esté actualmente rezagada en la F1, su éxito en Le Mans podría ser la clave para abrir todo un nuevo abanico de oportunidades de marketing.
La victoria de Ferrari en Le Mans demuestra que no se trata sólo de ser rápido, sino también de ser resistente, adaptable y previsor. Son cualidades que resuenan entre los consumidores y los entusiastas de hoy en día. Independientemente de su rendimiento en la F1, el Cavallino Rampante galopa por delante en otras formas de competición y sigue manteniendo su estatus legendario en los anales del automovilismo. Esta victoria en Le Mans no es sólo una victoria; es una declaración: Ferrari ha vuelto, y está aquí para quedarse.
Además, la narrativa del resurgimiento refuerza el atractivo de la marca Ferrari. Inyecta un nuevo vigor a sus campañas de marketing, permitiéndoles describir una historia de resurgimiento y resistencia: que Ferrari puede superar cualquier reto, un mensaje que resuena entre sus apasionados seguidores y atrae a nuevos seguidores potenciales.
La victoria en Le Mans no sólo refuerza el prestigio de Ferrari en la industria del automóvil, sino que también expone la marca a un grupo demográfico diferente de entusiastas del automovilismo que valoran la resistencia, la fiabilidad y la innovación técnica.