Extreme E es la nueva serie gobernada y promovida por la Fórmula E, el principal campeonato mundial de prototipos eléctricos. Fuertemente deseada por el director ejecutivo Alejandro Agag, Extreme E verá a todoterrenos totalmente eléctricos competir en los lugares más remotos y arriesgados del planeta, en una mezcla explosiva de carreras extremas, sostenibilidad medioambiental y adrenalina. Está previsto que el campeonato comience en enero de 2021, desde las rosadas aguas del lago Retba, en Senegal.
De la Fórmula E a la Extreme E
Si hay algo que no le falta al ecléctico propietario Alejandro Agag es creatividad. De hecho, no hay más que ver la cantidad de ingredientes que hay en la mesa de recetas del Extreme E para darse cuenta de que al proyecto no le falta originalidad: un SUV eléctrico revolucionario, un paddock flotante construido a partir de un barco de Royal Mail, lugares de carreraque van desde un glaciar a la selva tropical, una alineación de pilotos procedentes de los rincones más diversos del automovilismo, y mucho más. En serio, leer todo sobre la carrera se parece más a un videojuego que a una serie de cuatro ruedas.
En cambio, la Extreme E lleva tiempo en proyecto, al menos si leemos las declaraciones de sus protagonistas, y se diseñó justo cuando las primeras temporadas -muy desafortunadas- de la Fórmula E salieron a la pista en los últimos años. En el corazón de las dos series están, de hecho, los mismos puntos cardinales: la movilidad eléctrica, sostenibilidad medioambiental y un concepto radicalmente nuevo del automovilismo capaz de transformar la relación tradicional entre competición-circuito-espectador.
Odyssey 21: el super SUV eléctrico de Extreme E
Como se ha dicho al principio, todo en esta serie parece sacado de un cómic de Marvel o del último videojuego. La pieza más importante del rompecabezas, el prototipo con el que se llevarán a cabo las competiciones, no podía faltar en la lista. Odyssey 21 (“Odyssey 2021”, incluso el nombre es un programa) es el Super SUV totalmente eléctrico que tendrá que transportar a los competidores por las arenas, los hielos y los bosques más remotos de nuestro planeta. Producido por Spark Racing Technology -que también hace los monoplazas de Fórmula E-, el bólido eléctrico pesará unos 1.650 kg, con una potencia máxima de 400 kW/500 CV y una velocidad máxima de 200 km/h. A este respecto, es bastante sorprendente la “afirmación” que aparece en el sitio web del Extreme E, que declara que el coche es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4 segundos en una pendiente del 130%, en pocas palabras, muy por encima de los 45°.
Las piezas estándar que se suministrarán a los equipos incluyen el chasis y la estructura de choque, la batería construida por Williams Advanced Engineering y los neumáticos especiales Continental. En cuanto a la carrocería, los equipos podrán elegir entre tres opciones: utilizar la suministrada por el campeonato, colaborar con un OEM para fabricar una ad hoc, o utilizar la suya propia y así promocionar eficazmente sus vehículos.
Extremo E: Equipo y pilotos
Especialmente interesante para los entusiastas del automovilismo es la selección de pilotos que la nueva serie eléctrica ha presentado en su página web. Puede que sea una cuestión de moda, o simplemente de visión de futuro, pero “diversidad” es la palabra clave al leer los nombres de los participantes en la Extreme E. Mujeres y hombres, jóvenes y no tan jóvenes, famosos y no tan famosos, pero -sobre todo- de todas las disciplinas del automovilismo internacional. La idea es absolutamente fascinante, y hay que reconocerlo.
De Sébastien Ogier (seis veces campeón del mundo del WRC) a Billy Monger, de Jamie Chadwick (ganador de las Series W) a Nelson Piquet Jr (el primer campeón de Fórmula E), de Timo Scheider (dos veces campeón del DTM) a Sam Sunderland (que ganó el Dakar… en moto) la lista es larga e interesante y promete hacer soñar a los aficionados de todas las disciplinas.
Los equipos, salvo deserciones, deberían ser entre 10 y 12, aunque de momento sólo cinco son oficiales: Venturi, HWA, ABT, Veloce Racing y QEV.
Aquí quizás radique -pero esto es una consideración totalmente personal- el verdadero reto para la serie Extreme E, a saber, conseguir incluir a los mayores fabricantes de todoterrenos del mundo del mismo modo que la Fórmula E ha conseguido incluir a los mayores fabricantes de coches. Sin la llegada de las grandes marcas, capaces de ofrecer estabilidad, credibilidad y -por qué no- dinero.
Sostenibilidad medioambiental, movilidad eléctrica y sensibilización
Los temas gemelos de la sostenibilidad medioambiental y la movilidad eléctrica eficaz ya se habían planteado con fuerza en los albores del campeonato de Fórmula E. ¿Es posible -se preguntó entonces- diseñar coches capaces de transmitir emociones a quienes los ven y conducen sin utilizar combustibles fósiles? La respuesta está en los altísimos índices de audiencia de la Fórmula E: la serie no sólo ha conseguido captar la atención del público y de los medios de comunicación, sino también -gracias a innovaciones tecnológicas de primer orden- crear coches rápidos, duraderos y fiables.
El E extremo plantea, junto a estas dos cuestiones, otra igualmente interesante: ¿somos realmente conscientes de lo que está ocurriendo climáticamente en las zonas menos conocidas del mundo? ¿Qué está ocurriendo con los glaciares con el calentamiento global? ¿Qué les está ocurriendo a los bosques con el desplazamiento de las zonas tropicales? ¿Qué ocurre con los desiertos en expansión?
De ahí que el nuevo campeonato se proponga correr, jurando una huella de carbono cero, en cinco macrozonas medioambientales: el Ártico, los glaciares, la selva tropical, el desierto y el océano. Para cada una de estas macrozonas, Extreme E ofrece una explicación/razón de ser.
Por ejemplo, en relación con el Ártico: “El cambio climático ha provocado el calentamiento del Ártico al doble de la media mundial. Las repercusiones de ello incluyen el derretimiento acelerado de la capa de hielo, el aumento del nivel del mar y una fuerte presión sobre especies altamente especializadas en su bioma, como el oso polar y la foca anillada”. (“El cambio climático ha provocado un calentamiento del Ártico dos veces superior a la media. Los efectos inmediatos de esto incluyen el deshielo del casquete polar, la subida del nivel del mar y la puesta en peligro de ciertas especies animales típicas de estas zonas, como el oso polar o la foca anillada “).
Extremo E: calendario
- 22-24 de enero – Lago Rosa, Dakar, Senegal
- 4-6 de marzo – Sharaan, Al-‘Ula, Arabia Saudí
- 6-8 de mayo – Valle de Kali Gandaki, Distrito de Mustang, Nepal
- 27-29 de agosto – Kangerlussuaq, Groenlandia
- 29-31 de octubre – Santarem, Pará, Brasil
Extreme E y el paddock flotante: el RMS St Helena reconvertido
Quizás la historia más increíble, si cabe, del Extreme E se refiere a su paddock flotante, el RMS St.
Durante décadas, el Royal Mail Ship St. Helena fue el único punto de contacto entre el continente y la isla de Santa Elena, un remoto puesto británico en el océano Atlántico Sur, entre África y Sudamérica, famoso por albergar los últimos días de Napoleón Bonaparte. Cada tres semanas, el RMS Santa Elena soltaba amarras para navegar durante cinco días entre Ciudad del Cabo y la isla, hogar de 4.500 ciudadanos británicos.
Alejandro Agag ha comprado al gobierno británico el ya venerable RMS Santa Helena y lo ha reconvertido con fines “ecológicos “, dotándolo de grandes paneles solares y reconstruyéndolo esencialmente de arriba abajo. La bodega del colosal navío albergará el paddock de la Extreme E: coches, talleres, piezas de repuesto y equipos de competición se alojarán en la “panza” del barco, que se convertirá en el primer paddock verdaderamente autopropulsado de la historia.
El RMS Santa Helena, dice Agag, también ha sido equipado para servir como buque de investigación. Si la bodega contiene el corral, otras zonas del barco se adaptarán como laboratorio marino ambulante, un poco al estilo del famoso Calypso de Cousteau.
Patrocinar Extreme E: las razones para convertirse en patrocinador
Como era de esperar, este blog debe investigar las cuestiones que rodean al patrocinio deportivo de esta nueva serie. Es muy difícil, por supuesto, hablar de asociaciones en una liga que aún no ha empezado y que -de momento- tiene todos sus activos únicamente sobre el papel.
Como ya se ha mencionado en varias páginas de este blog para la Fórmula E,la sostenibilidad medioambiental (pero no sólo) es un tema absolutamente central en la comunicación y el marketing actuales. A medida que la atención pública se desplaza con razón hacia el grave estado del ecosistema, es obligación de todas las empresas hacer todo lo posible por reducir su impacto y asociarse a causas que apoyen este perfil.
En este sentido, el patrocinio en la Fórmula E y el patrocinio de Extreme E traen consigo un bagaje de valor absoluto. En particular, la flamante serie, que combina la movilidad eléctrica con el conocimiento de las condiciones de determinadas zonas geográficas, puede tener funciones estratégicas en la comunicación de aquellas empresas especialmente interesadas en la defensa de determinadas zonas geográficas, o en el desarrollo de nuevas tecnologías para un mundo más sostenible.
Sin embargo, más allá de las importantes cuestiones medioambientales, el Extreme E es un concentrado de emoción, adrenalina y grandes historias que contar. Aúna la fascinación de las carreras con la de los rallyes en lugares remotos, combinando una serie de ingredientes muy atractivos, como el viaje en el barco Santa Helena y el desarrollo de este prodigioso todoterreno que promete reescribir el manual escolar sobre este tipo de vehículos. A este respecto, es interesante reflexionar sobre la elección de este tipo de vehículo (ni un verdadero coche de rally, ni un verdadero todoterreno, ni una berlina típica), que está dominando claramente el interés mundial por el mercado automovilístico, con todos los grandes fabricantes dedicados al diseño de SUV y Super SUV de gama alta.
En cuanto al patrocinio de la Extreme E, como ya se ha dicho, la entrada o no de estos mismos fabricantes desempeñará un papel fundamental. Si, como ocurrió en la Fórmula E, grandes marcas como Audi, Porsche, BMW, etc., se unieran a la serie, podríamos asistir a un rápido aumento del interés por parte de industrias de todo tipo. Lo que es seguro es que un campeonato así ofrece a patrocinadores y socios un patrimonio inestimable de imágenes y vídeos del mayor impacto, así como una narración profunda y fascinante: todos estos activos son absolutamente fundamentales en el mundo actual de la comunicación.
Falta menos de un año para el inicio oficial de la serie. Será un año importante sobre todo desde el punto de vista comercial y organizativo, ahora que se han sentado las bases y las líneas generales del campeonato. En los próximos meses veremos los avances y actualizaciones, útiles para comprender si la Extreme E también disfrutará del mismo éxito inmediato que su hermana mayor, la Fórmula E. Ni que decir tiene que estos mismos meses serán estratégicos para los inversores y patrocinadores que quieran convertirse en“early adopters” de la disciplina, una apuesta “arriesgada” potencialmente capaz de aportar ventajas considerables.