In Fórmula 1, Fórmula1

Si hubiera que destilar la esencia de la victoria en un solo acto, podría decirse que es el rociado de champán en el podio. Símbolo de alegría, éxito y opulencia, el descorche del champán tras una carrera agotadora forma parte de la tradición del automovilismo tanto como la bandera a cuadros. Este ritual tácito une el apasionante mundo del automovilismo con el lujoso atractivo de la industria del champán, creando una relación simbiótica que entrelaza la victoria con la efervescencia. Esta sinergia constituye la espina dorsal de mi comparación entre las celebraciones en los deportes de motor y otros acontecimientos deportivos, centrándome en la historia, la importancia y el papel de los patrocinios del champán en la
Fórmula 1
y
MotoGP
.

ferrari f1 champánChampán y automovilismo: cómo empezó

El matrimonio entre el automovilismo y el champán se forjó en el corazón de las 24 Horas de Le Mans de 1967. El ganador, el piloto estadounidense Dan Gurney, roció impulsivamente al público y a sus compañeros de competición con una botella de Moët et Chandon, introduciendo un ritual que se convertiría en parte indeleble del ADN del automovilismo. Desde aquel espontáneo acto de alegría, la imagen de los pilotos victoriosos rociándose a sí mismos y a sus equipos con champán se ha convertido en un elemento fijo en los podios de todo el mundo, desde la Fórmula 1 hasta MotoGP.

Para entender la importancia del champán en los deportes de motor, debemos profundizar en la mecánica de marketing que hay detrás de esta asociación. El champán es el lujo personificado, un símbolo de exclusividad y logros deportivos. Al vincular la marca con el adrenalínico mundo de las carreras, las casas de champán no sólo se alinean con el prestigio y la emoción de la victoria, sino que también refuerzan su imagen de lujo y sofisticación.

Tomemos, por ejemplo, el caso de Mumm, la casa de champán que colaboró durante mucho tiempo con la Fórmula 1. Con el paso de los años, la distintiva cinta roja de Mumm se convirtió en un símbolo del ritual de celebración, realzando su imagen de marca como champán de la victoria y el refinamiento. Este patrocinio de alto nivel proporcionó a Mumm una plataforma mundial, asociando la marca a la emoción, el glamour y el prestigio de la Fórmula 1.

Patrocinio Motogp  Patrocinio de Ferrari… en el podio

Sin embargo, la dinámica del marketing deportivo está en constante evolución. Con el cambio de sensibilidad mundial, las consideraciones sanitarias y la creciente influencia de las redes sociales, el mundo del patrocinio deportivo es cada vez más complejo. El mundo del motor no es una excepción. Uno de los recientes participantes en esta celebración del champán es Ferrari, no el famoso fabricante italiano de automóviles, sino la bodega italiana de lujo. Han tomado el relevo de Mumm como proveedor oficial de champán para la Fórmula 1. Un giro fascinante, dada la naturaleza sinónima de la marca de automóviles Ferrari y las carreras de F1. Es un golpe de marketing que combina sin esfuerzo la grandeza de la viticultura italiana con el selecto mundo de la Fórmula 1.

Contrasta con las celebraciones de otros deportes, que suelen carecer de este nivel de grandeza. Desde las duchas de Gatorade en el fútbol americano hasta la tradición de la leche en la Indy 500, tienen un significado cultural o histórico, pero carecen del atractivo de lujo universal del champán. Estas celebraciones son más arraigadas y se basan en las raíces y la tradición del deporte, en lugar de proyectar una imagen de opulencia.

En MotoGP, la celebración tiene un toque único: en lugar de champán, rocían Prosecco, un vino espumoso de la región italiana del Véneto. La naturaleza burbujeante, ligera y festiva del Prosecco resuena con el espíritu del MotoGP, un deporte definido por su energía de alto octanaje, su feroz competición y sus apasionados seguidores.

A pesar de las variaciones, lo que se mantiene constante en todas estas celebraciones es la conexión emocional que forjan con los aficionados. Aprovechan el deseo humano universal de compartir la alegría de la victoria, haciendo que los espectadores se sientan parte de ella. Este compromiso de los aficionados es el Santo Grial del marketing deportivo.

Mezcla de lujo y pasión

En mi opinión, los patrocinios de champán en la Fórmula 1 y MotoGP son el epítome de la combinación perfecta de espectáculo, marca y compromiso emocional. El acto simbólico de rociar champán no sólo amplifica la alegría de la victoria, sino que también sitúa a la marca patrocinadora en el centro de este clímax emocional. Esta tradición, impregnada de lujo y victoria, se alinea perfectamente con la imagen de las marcas, al tiempo que les permite conectar con un público mundial a un nivel visceral.

En conclusión, aunque los rituales varían según los deportes, el objetivo final sigue siendo el mismo: crear momentos inolvidables que atraigan a los aficionados y proyecten una imagen de marca positiva. Ya sea el champán en la Fórmula 1, el Prosecco en MotoGP o las duchas de Gatorade en la NFL, estos rituales son algo más que celebraciones: son poderosas herramientas de marketingque fusionan la emoción del deporte con el arte de contar historias de marca.

¿Podemos ayudarle a firmar su mejor acuerdo de patrocinio?

Silvia Schweiger
Silvia Schweiger
Director Asociado de Marketing Ejecutivo y Comercial de RTR Sports Marketing, empresa londinense de marketing deportivo especializada en automovilismo desde hace más de 25 años.
Recent Posts

Leave a Comment

las vegas F1
f1 sponsorship